Fitbit Charge 5: Mens sana in corpore sano
Al ver modelos como esta Fitbit Charge 5, no puedo por menos que sorprenderme de la enorme evolución que ha experimentado esta clase de wearables. Desde unos primeros modelos que se limitaban a cuantificar los pasos que dabas al día (lo que ya resultaba bastante útil, en verdad) hasta la plétora de funciones que ofrecen en la actualidad, lo cierto es que no hablamos de un paso, ni de un salto, más bien tenemos que referirnos a un vuelo transoceánico o estratosférico.
Lo primero que quiero destacar de esta Fitbit Charge 5 es que su perspectiva de la salud es holística, a diferencia de otras pulseras cuantificadoras diseñadas exclusivamente para medir la actividad física, en este caso nos encontramos con un wearable que también presta atención al plano psicológico. Para tal fin se apoya en su sensor EDA, que en base a la lectura de la actividad electrodérmica, es capaz de determinar el nivel de estrés de su usuario.
En tal caso, si determina que el usuario está experimentando una situación de presión psicológica que está provocando alteraciones metabólicas, Fitbit Charge 5 alertará de esta circunstancia al usuario, proponiéndole una pequeña pausa de dos minutos para llevar a cabo un sencillo ejercicio de relajación. Pruebas efectuadas con usuarios de Fitbit Sense, el dispositivo en el que debutó el sensor EDA, arrojaron que hasta un 70% de los usuarios vieron descender su frecuencia cardiaca de manera inmediata, gracias a este sistema de relajación.
Otra novedad destacable de la Fitbit Charge 5 con respecto a su predecesora, la Charge 4, es la incorporación de la tecnología necesaria para poder ofrecer la función de electrocardiograma (ECG), una función que hace relativamente poco tiempo que hemos visto aparecer en los smartwatches de gama alta, y que sin duda es de las más valoradas entre las personas que emplean este tipo de dispositivos principalmente como monitores del estado de salud.
Su conjunto de sensores ofrece otra serie de lecturas que, agregadas entre sí, convierten a la Fitbit Charge 5 en un completo centro de salud. Las más destacables son la medición del nivel de oxígeno en sangre, temperatura de la piel y, por supuesto, frecuencia cardiaca y posibles alteraciones de la misma, además de una función de análisis de calidad del sueño, algo que también será determinante para otra función de la que hablaré más adelante.
Hasta el momento hemos hablado de datos, y aunque el acceso en bruto a los mismos ya resulta muy interesante, la propuesta mejora sustancialmente cuando hablamos de Fitbit Premium, el servicio de inteligencia en la nube de Fitbit con el que podremos extraer mucha más información a partir de los datos recopilados por la Fitbit Charge 5. Además, no solo encontraremos análisis al detalle, también hay una gran cantidad de vídeos con ejercicios de entrenamiento y de relajación, que podremos escoger en base a nuestras métricas y objetivos. Con la compra de la pulsera, se obtienen seis meses de acceso gratuito al servicio.
En lo referido a sus especificaciones técnicas, Fitbit Charge 5 por fin da el salto al color, con una pantalla AMOLED táctil always on. Para la conexión y el volcado de datos (su memoria permite almacenar el histórico de los últimos 30 días) cuenta con conectividad Bluetooth y NFC, y su batería es capaz de proporcionar hasta siete días de autonomía, si bien es cierto que esta cifra variará según el nivel de intensidad con el que hagamos uso de la mismas.
¿Y qué función es esa de la que hablaba antes? Pues una que también es novedad y que me parece especialmente destacable: la medición del nivel de recuperación. Y es que gracias a todas sus lecturas y el análisis de las mismas, Fitbit Charge 5 será capaz de determinar cada día si estamos en condiciones de entrenar o, por el contrario, deberíamos tomárnoslo de descanso.
En muchas ocasiones, tendemos a exigirnos más de lo que es razonable, y la dificultad a la hora de leer determinadas señales puede llevarnos a cometer el error de entrenar en días en los que esto supondrá un varapalo para nuestro metabolismo. Sin embargo, con la función de medición del nivel de recuperación, que forma parte de los servicios incluidos en Fitbit Premium, los datos recopilados por la Fitbit Charge 5 nos permitirán saber si el esfuerzo es asumible o, por el contrario, realizar deporte en determinados días puede ser contraproducente o incluso peligroso.
Como puedes comprobar, con la Fitbit Charge 5 estamos hablando de un dispositivo de gama alta, capaz de leer e interpretar muchas de las señales de nuestro cuerpo (y también de nuestra mente), ayudándonos además a interpretarlos de una manera clara y sencilla. La Fitbit Charge 5 saldrá a la venta a finales de septiembre, pero ya se puede reservar en la página web del fabricante. Estará disponible en tres combinaciones de color: negro/acero inoxidable negro grafico, blanco marfil/acero inoxidable dorado y azul acero/acero inoxidable platino, y su precio es de 179,95 euros.
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