Nuestros lectores hablan: ¿A qué resolución y calidad gráfica juegas?
Resolución y calidad gráfica están profundamente unidas. Jugar con una alta resolución y una baja calidad gráfica puede ser casi igual de terrible que hacerlo con una baja resolución y una alta calidad gráfica, sobre todo cuando nos situamos en niveles que están muy por debajo de la resolución nativa de nuestro monitor.
Por ejemplo, en mi caso utilizo un monitor con resolución de 2.560 x 1.440 píxeles, pero cuando lo he configurado en 1.920 x 1.080 píxeles para realizar algún tipo de prueba me he dado cuenta de que todos los juegos, sin excepción, acababan presentando un aspecto borroso, «sucio» y pixelado. Esas son las consecuencias que produce una bajada importante en la resolución de pantalla, una especie de efecto desenfocado donde la nitidez brilla por su ausencia, lo que acaba haciendo que la experiencia no sea nada buena, ni siquiera con el juego configurado en calidad máxima.
Jugar con una calidad gráfica baja pero a resolución nativa es, en la mayoría de los casos, una opción más aceptable, ya que aunque nos movamos en calidades muy reducidas el conteo de píxeles es, al menos, el nativo de nuestro monitor, y esto hace que todo tenga una buena definición, y que no veamos los juegos como si tuviésemos delante un «cristal sucio».
Resolución y calidad gráfica: La importancia del equilibrio
Ambos elementos también afectan al rendimiento y determinan, por tanto, la fluidez que podremos alcanzar con un hardware determinado. Si no podemos mover un juego en calidad muy alta, lo primero que deberíamos hacer es probar a cambiar los ajustes gráficos a calidad alta, y después en calidad media. Bajar la resolución por debajo del nivel nativo de nuestro monitor debería ser siempre la última opción, y tendríamos que hacerlo de forma muy gradual, ajustando al máximo.
En mi caso, cuando tenía la GTX 980 Ti jugaba en un monitor 1080p con una tasa de refresco de 60 Hz, por lo que siempre buscaba conseguir medias totalmente estables de 60 FPS. Podía conseguirlo sin problemas configurando los juegos en calidad máxima. Nunca llegué a tener problemas, ya que cuando actualicé mi equipo monté un monitor con resolución de 2.560 x 1.440 píxeles y 144 Hz, pero también cambié a una RTX 2080 Super. Con dicha tarjeta gráfica podía jugar a la resolución nativa y ajustar la calidad al máximo sin problemas, aunque para llegar a 144 FPS estables en algunos casos tenía que afinar un poco, o que activar directamente el DLSS 2.0.
Actualmente tengo el mismo monitor, pero acompañado de una GeForce RTX 3080. Juego a la misma resolución y calidad gráfica que con la RTX 2080 Super, pero con la diferencia de que, ahora, la fluidez es mucho mayor, y puedo disfrutar de altas tasas de FPS incluso en juegos muy exigentes activando el trazado de rayos en calidad ultra. He notado una gran diferencia en títulos como Cyberpunk 2077, Control y Metro Exodus, los tres con trazado de rayos activo.
Ahora os toca a vosotros, ¿a qué resolución y calidad gráfica jugáis? Los comentarios son vuestros, nos leemos.
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