Fiat Abarth 124 Spider, escorpión

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“Born to be wild”, Steppenwolf (1968)

Haber madurado para Sonia había tenido un significado bien concreto: pasar de esperar grandes revoluciones y cambios espectaculares en su vida a fijarse en pequeños detalles, en nimiedades que marcaban la diferencia en el día a día. Se conformó con un trabajo en su pequeña provincia en un periódico modesto en vez de la aventura de un Erasmus, se casó con su novio de toda la vida a pesar de que sus amigas la animaban a ser más ambiciosa, que merecía algo mejor. Ella se conformaba con un buen café preparado concienzudamente en su pequeña casita sin piscina y comprar  cada martes dos margaritas para poner en la taza de su escritorio.

No habían tenido hijos aunque a ella secretamente le hubiera gustado y nunca había habido debate, era un cambio demasiado grande. Ni siquiera habían cambiado de muebles menos los que se iban estropeando con los años y aún así solían adquirir unos muy parecidos y los más baratos posible. Una mañana de martes la floristería no tenía margaritas y Sonia compró dos claveles. Entonces empezó a notar que los pequeños detalles empezaban a fallar, incluso había olvidado prepararse el café ¿qué tenía en la cabeza? La última vez que vieron a Sonia se dirigía con paso apresurado a la estación de autobuses. Había dejado caer los claveles al suelo.

La industria del automóvil está llena de historias de pasiones, como la de Carlo Abarth, un empresario italiano que se dedicaba a vestir los chásis los Ferrari de la época y evolucionó a la preparación de motores y diseño de escapes de competición. De esta pequeña empresa con el escudo del escorpón surgieron coches emocionantes, diseñados para entregar a sus dueños las sensaciones que estaban buscando. Pero fué en 1971 con la compra por parte de Fiat cuando Abarth comenzó a hacerse popular con versiones tan famosas como la versión de rally del histórico Fiat 131 o las versiones actuales del popular 500.

Ficha técnica

Así que cuando gracias al acuerdo de Mazda y Fiat se desarrolló el nostálgico descapotable 124 spider el anuncio de que Abarth iba a realizar su propia versión estimuló la fantasía de los aficionados. Mazda lleva muchos años ofreciendo una máquina de diversión con su modelo MX-5, un pequeño descapotable que ofrece una inmejorable relación sensaciones-precio con una legión de incondicionales desde su lanzamiento en 1989. Así que esta versión italiana con extra de picante por parte de Abarth levantaba por partes iguales recelo de los fieles de la versión japonesa y espectación de los que conocen la buena mano de Abarth para añadir dosis de deportividad.

Acercamiento

Y como no nosotros hemos tenido una excelente oportunidad para dar nuestra opinión gracias a que Fiat ha puesto en nuestras manos un flamante Fiat Abarth 124 Spider. Como siempre lo primero que hacemos es nuestro vistazo exterior al coche. Si ya con el 124 el guiño retro era evidente, esta versión del 124 lo subraya hasta el extremo con elementos como la pintura bicolor en blanco y negro o las llantas negras que acompañan al diseño retro de los faros, la capota de tela o el morro alargado hasta el extremo (no parece necesario para albergar un motor de 1.4 litros) ya presentes en el 124.

Si nos fijamos con más atención hay elementos adicionales que dan toques realmente de maestro al aspecto exterior, como una discreta pero agresiva banda roja en el spoiler delantero, el mismo rojo que encontramos en la carcasa de los retrovisores y en un gran punto rojo en la parte derecha de la toma de aire delantera. Un cuádruple tubo de escape en la parte posterior y las pinzas de frenos (Brembo, como no podía ser de otra forma) también en rojo dan las últimas pinceladas a un coche que externamente es imposible que pase desapercibido y se distingue de forma poderosa de la versión japonesa.

Por supuesto encontraremos el escudo del escorpión de Abarth tanto sobre el interminable capó como sobre el lateral. Nos gusta, no podemos decir otra cosa, es un acierto estético rescatar los elementos que desde siempre han hecho especiales a los descapotables deportivos y que no van a envejecer con líneas de otros tiempos pero que no pasan de moda. Desde luego es un coche que es imposible que pase desapercibido y eso sin duda es algo que habrá que valorar. Tampoco a primera vista parece un coche cómodo, pero eso lo valoraremos enseguida…

El interior del 124 Spider versionado por Abarth es prácticamente idéntico al que podemos encontrar en el nuevo Mazda MX5 y de la familia de coches japoneses en general como la pantalla del sistema de info entretenimiento (100% Mazda), los mandos de climatización, las boquetas de ventilación… todo como lo encontraríamos en el descapotable nipón. Pero en los detalles encontramos la picadura del escorpión como el reloj central que indica el número de revoluciones totalmente en rojo, la franja superior del volante también en rojo, pespuntes en las terminaciones de alcántara y en el pomo del cambio también en rojo y un escorpión serigrafiado en el apoyabrazos.

Espacio

Como en el MX5 el espacio no es demasiado grande pero los asientos no son estrechos y hay suficiente espacio para las piernas, incluso a diferencia de la versión japonesa, una persona de cierta estatura puede tener una visibilidad aceptable y tendrá algo más espacio para las piernas porque puede echarse un poco más hacia atrás. El diseño es extremadamente deportivo con unos reposacabezas elevados de diseño deportivo con el serigrafiado Abarth en el respaldo. Sujetan bien en unos asientos ya muy arropados en el interior. Quizás no haga falta decirlo pero no hay opción para pasajeros. Diversión solos o en pareja.

Uno de los detalles que más nos han gustado de este modelo es el sistema de accionamiento de la capota de tela. Puede parecer un hándicap que no disponga de un sistema eléctrico de apertura y cierre, pero las primeras veces que lo accionamos la verdad es que el inconveniente desaparece. Es un movimiento natural que puede hacerse con una mano y de forma muy sencilla, la operación apenas dura unos segundos. Es tan cómodo y rápido que nos da por preguntarnos ¿cuándo empezamos a dejar que los servomotores hicieran casi todo por nosotros? En fin, incluso nos parece entrañable que sea manual para mantener el encanto retro de este coche.

En el interior el primer dilema es dónde dejar el móvil y la cartera u otros objetos, no hay lugares donde posarlos de forma cómoda. Hay que recurrir a una guantera con llave que se encuentra en la parte trasera entre los dos  respaldos de los asientos o en el pequeño, pequeñísimo espacio que hay tras la palanca de cambio donde se encuentran las ranuras USB pero en ese espacio es probable que al acelerar con la alegría que se le supone al conductor de un 124 Abarth el teléfono acabe mal parado. En cualquier caso el sitio más seguro es sin duda la mencionada guantera (aunque ahí no podremos cargarlo).

Maletero: no

En lo que respecta al maletero este coche tampoco sobresale por su capacidad. Se trata de un pequeño espacio junto a la zona donde se recoge la capota de tela que cubica 140 litros (ligeramente más que un MX-5) que apenas son suficientes para una bolsa de deportes grande o una maleta mediana. Nada de irse a la playa una semana a menos que el equipaje lo enviemos por correo… pero este coche no es un SUV ni un monovolumen. El espacio que ofrece es de sensaciones puras para que empaquetemos libertad más que ropa interior.

Ha llegado la hora de probar las capacidades del 124 Abarth al volante. Primero realizamos una lectura de las especificaciones técnicas para preparar el terreno y sentarnos al volante con conocimiento. La clave del coche está en tres elementos fundamentales: el peso que apenas supera los 1.100 kilos, un motor sobrealimentado hasta los 170 caballos (el MX-5 más prestacional llega a los 160 puramente atmosféricos como le gusta a los japoneses) y las intervenciones de Abarth sobre el chásis con amortiguadores Blistein y diferencial trasero autoblocante, como los niños mayores. En realidad hay un elemento adicional muy importante del que hablaremos más tarde.

Estos tres elementos que hemos mencionado están medidos al milímetro con sabiduría Abarth para proporcionar sensaciones al volante. Los 170 caballos y una caja de cambios de funcionamiento impecable lanzan a esta versión del 124 a los 100 Km/h parando el cronómetro en 6,9 segundos que si no parecen muchos hay que vivirlos en este coche y si puede ser descapotados (si hace frío o llueve pues chubasquero, qué demonios). Pero amigos, hay que poner a prueba esos amortiguadores, ese diferencial y esos frenos Brembo al rojo vivo y para eso hay que buscar una carreterita divertida.

Antes de seguir si tenéis la oportunidad de probar o comprar este coche evitad las autopistas, huid de las rectas, renegad de las rectas y adentraos por la colina o el puerto que tengáis más cerca aunque tengáis que hacer un rodeo. Merece la pena. Cuando llevamos este coche a su terreno parece olfatearlo, reconocerlo. Podemos enganchar curvas a ritmo imprudente con el diferencial trabajando a destajo con una dirección directa que parece comerse cada viraje como aperitivo para salir como un vendaval cuando pisamos el acelerador para enganchar con el siguiente. Recomendable pulsar el botón de Sport… y no desactivarlo nunca. Si gastamos gasolina pues… gastamos.

Divertido a secas

Tampoco es un coche para los amantes de los retos extremos: el coche transmite seguridad en todo momento y es hasta casi desafiante cuando intentamos ponerlo a prueba. Eso sí, si queremos sacar el máximo partido tenemos que tener en cuenta que la mecánica es turbo por lo que hay que estar muy atentos para mantener la aguja de las revoluciones en la zona “graciosa”, sobre las 5.000 revoluciones. En estas circunstancias se agradece el que los asientos envuelvan de forma tan eficaz y la comodidad y rapidez del accionamiento de las marchas gracias a la excelente caja de cambios (japonesa).

Pero la película no sería completa sin una buena banda sonora y ese es el otro elemento que mencionábamos. En un alarde que solamente podemos calificar como muy italiano Abarth ha especificado que ha ajustado el sistema de escape que denomina Record Monza para que el sonido que emite el coche durante su funcionamiento sea el “adecuado”. El resultado es indescriptible, gutural y profundo al ralentí cuando el 124 está agazapado y rabioso cuando hacemos bailar la aguja en el cuentarrevoluciones. Es un detalle que puede parecer nimio pero es fundamental para un descapotable. Eso sí, otro elemento más para que no pasemos desapercibidos.

Conclusiones

Este coche tiene inconvenientes: un maletero pequeño, un consumo por encima de los quince litros si nos descuidamos, dos plazas justitas y por desgracia un precio que lo aleja del público masivo. Es poco maniobrable y con poca visibilidad para la ciudad, además es muy vistoso y ruidoso. En contrapartida, y ahora tengo que hablar con el corazón en la mano, es el coche más divertido que he podido probar en muchos años. No es el más potente, no es el tecnológicamente más avanzado pero es un coche en el que se nota que cada gramo de sus 1066 kilos está pensado para la diversión.

Tras haber probado este coche no tenemos ninguna duda del acierto del acuerdo entre Mazda y Fiat. Los japoneses han proporcionado la base de un coche legendario (el MX-5) un probado sistema de infotainment y buenos acabados mientras los italianos ha proporcionado una estética acertada con detalles retro que llegan al corazón con el toque Abarth en potencia, respuesta y con el sobresaliente detalle del sonido que sinceramente nos ha terminado de enamorar. Y por supuesto con el logo del escorpión en todos lados y eso… también puntúa.

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