Surface Pro 8: la evolución de un pionero
De las sorpresas que Microsoft nos tenía preparadas esta tarde, lo cierto es que el Surface Pro 8 ha sido la menor de las sorpresas. No por el propio dispositivo, ojo, que se mantiene en la excelencia que ya ha mostrado Microsoft en sus versiones anteriores, como ya vimos en el Surface Pro 7, sino porque ya esperábamos que fuera uno de los platos fuertes del menú que han preparado los de Redmond. Y es que su convertible es un dispositivo clave en la familia de Surface.
Así, desde la imagen que se mostraba en la página de directos de Microsoft antes de que empezará el directo, ya nos mostraba una imagen del Surface Pro 8. Por ello no es una sorpresa que haya sido el primer dispositivo que nos ha mostrado Microsoft esta tarde. Un dispositivo que, como no podía ser de otra manera, ha sido diseñado pensando en Windows 11, de modo que ambos sabrán sacarse el máximo partido, además de integrar alguna función específica para el tándem.
Tras su flamante pantalla táctil PixelSense de 13 pulgadas, con una tasa de refresco de 120 hercios (dinámicos, en función del contexto), en el interior del Surface Pro 8 encontraremos, como no podría ser de otra manera, la undécima generación de Intel Core Evo, concretamente con chips de cuatro núcleos y ocho hilos acompañado de hasta 32 gigas de RAM. No olvidemos que estamos hablando de un convertible, pero con un rendimiento que, vista la apuesta de Microsoft en este sentido, nada tendrá que envidiar a otros sistemas de mayor tamaño.
En lo referido a su diseño, encontramos la misma estructura de magnesio, pero en esta ocasión se ha reducido el tamaño del bisel que rodea la pantalla. Pero todavía más interesante que eso, es que ahora el teclado del Surface Pro 8 se une al dispositivo magnéticamente, probablemente el sistema más seguro para este tipo de usos.
Si hablamos de diferencias con respecto a su predecesor, hay varios aspectos por los que destaca este Surface Pro 8, y probablemente el más esperado sea que, por fin, Microsoft deja un poco de lado su puerto propietario y, en su lugar, adopta Thunderbolt 4, con dos puertos, mejorando así también su conectividad. Por otra parte, también han renunciado finalmente a situar la cámara integrada en el lateral y, en esta nueva revisión, pasa a encontrarse ya en la parte superior, haciendo que el ángulo que muestra sea más natural.
En cuanto a dispositivo señalador, el Surface Pro 8 cuenta ahora con una ranura en la parte superior del teclado, junto a la pantalla, en el que se aloja el Surface Slim Pen 2. Al alojarlo en este espacio, además, el señalador se cargará y, algo muy interesante, al ser extraído de la misma, Windows 11 mostrará en pantalla el menú del dispositivo, pues entenderá que vas a emplearlo en ese momento. Esta automatización me parece, sin duda, de lo más práctica.
Una novedad muy interesante del Surface Slim Pen 2, que personalmente me parece una parte imprescindible del Surface Pro 8, es que ahora incorpora respuesta háptica. Con la misma, Microsoft pretende que emplear este señalador transmita sensaciones similares a las que experimentamos al escribir o dibujar sobre papel.
Nos encontramos, en resumen, ante una tremenda evolución del convertible de Microsoft. Con este Surface Pro 8, Microsoft sin duda ha hecho los deberes. Encontramos, sin duda, trazas del ADN del Surface Pro X, lo que me parece un movimiento muy inteligente por parte de los de Redmond. A falta de conocer más detalles de sus especificaciones técnicas, está claro que hablamos de un convertible que poco o nada tiene que envidiar a ordenadores de mayor tamaño.
Todavía no se han hecho públicos los precios del Surface Pro 8, si bien seguramente los conoceremos muy pronto, y es que su fecha de llegada al mercado es el más que cercano seis de octubre, un día después del lanzamiento de Windows 11, algo que evidentemente no es casual.
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