Alfa Romeo Stelvio 2021, sellos
We’re not gonna take it Twister Sisters (Stay Hungry 1984)
Esta mañana el sol ha amanecido por el lado equivocado. En vez de hacerlo entre las colinas detrás de la casa me lo he encontrado de frente cuando he salido por la puerta. He vuelto a entrar. He mirado el reloj, no se muy bien por qué. Las nueve menos cuarto. Pasadas. Y me he echo otro café. Cuando he vuelto a salir a coger el coche el sol estaba elevándose. Siempre por el lado equivocado. He dado vuelta a la casa y he pulsado el mando de la llave. El coche ha respondido con el parpadeo de los intermitentes y un breve sonido de claxon. Pero no era mi coche. He mirado el mando. Era el mando de otro coche. Estaba colgado donde siempre dejo las llaves. Las había cogido sin mirar así que me dispuse a volver a casa para ver si estaban mis llaves. Pero yo… vivo solo. Me detuve antes de volver a dar la vuelta a la casa. Y pensé. Ese coche estaba aparcado donde había dejado mi coche anoche. Exactamente en el mismo sitio: con la rueda delantera derecha un poco metida en el césped. Apurando junto al empedrado para no estropear las plantas. Miré el reloj. Entonces pensé que fuera de quien fuera ese coche me tenía que llevar a la oficina porque no llegaba a tiempo a la reunión.
En la carretera encontré un control de policía. Había seis furgonetas negras con los cristales tintados y un policía muy alto, con un uniforme perfectamente limpio y planchado que iba parando a todos los coches y los iba desviando. Cuando fue mi turno bajé la ventanilla dispuesto a explicarle que no podía desviarme, que tenía que seguir por la carretera porque llegaba tarde. Pero el policía me dijo «Señor Almansa. Perdone. » y se alejó del coche haciendo gestos de que siguiera. Con una enorme y forzada sonrisa. Ni un sólo coche hasta llegar al edificio. Ni un camión de reparto. Ni un autobús. Nada. Habría jurado que mis oficinas tenían más plantas que otros días. En el ascensor me fijé y así era. Botones hasta la planta 22. Antes solamente hasta la 12. Por suerte la sala de reuniones si seguía estando en la séptima. Me estaban esperando. Sonriendo. Todos sonriendo. Era un cliente nuevo así que no conocía a nadie. Empecé mi presentación con una disculpa «perdonen el retraso. Hoy he tenido un día muy extraño.» Al decirlo levanté la vista. La sala estaba vacía. Salí al pasillo. Vacío. Recorrí toda la planta. Nadie. Cerré los ojos. Me pellizqué. Los volví a abrir. No. No era un sueño. Y entonces vi sus sombras. Desde entonces estoy huyendo. Anochece.
Es curioso pero la primera fotografía que suelo hacer cuando realizamos pruebas a un vehículo de Alfa Romeo es a su escudo. Es una especie de acto inconsciente que refleja un hecho, el que algunas marcas tienen una historia y un prestigio que les precede. En el caso de Alfa Romeo hablamos de un fabricante que empezó a dar sus primeros pasos en 1910 y que desde entonces, pasando por la adquisición por parte del grupo FIAT, no ha dejado de ofrecer vehículos con su particular visión de la deportividad con modelos míticos como el histórico Alfa Romeo 8C o el antiguo Giulietta.
Modelo analizado | Alfa Romeo Stelvio |
Motor y acabado | Veloce 2.2 Jtdm 210hp Atx Awd |
Potencia | 210 CV |
Velocidad máxima16 | 215 kmh |
Aceleración o-100 | 6,6 s |
Largo/ancho/alto | 4687/1903/1671 mm |
Potencia máxima RPM | 210 CV 3.500 rpm |
Par máximo Nm/RPM | 470 Nm |
Caja de cambios | Automática |
Web | https://www.alfaromeo.es/ |
Precio | 56.901 euros |
Hace unos cuatro años Alfa Romeo presentaba su primera apuesta por el mercado de los SUV deportivos lanzando el Stelvio, un vehículo en el que el fabricante italiano ha intentado impregnar un modelo con carrocería crossover con ese espíritu deportivo único de la casa del «Biscione». Ya tuvimos la ocasión de probar nuestro primer Stelvio hace aproximadamente tres años y apreciamos en muchos de los detalles ese sabor de gran turismo. Ahora hemos tenido la ocasión de probar el restyling de este modelo.
Sin cambios exteriores
Lo primero que hay que decir es que Alfa Romeo ha decidido no hacer cambios en el diseño exterior. Suponemos que habrán aplicado la vieja máxima que lo que funciona no hay que romperlo… El frontal sigue teniendo ese aspecto agresivo con esa personalísima rejilla central en forma triangular coronada por el escudo de la marca (que se llevó, como digo, la primera foto). Otras dos rejillas incrustadas en el paragolpes flanquean a la primera.
Los grupos ópticos afilados y un paragolpes generoso completan este frontal muy reconocible y que la marca italiana ha decidido no tocar. La línea del Stelvio sigue fiel transmitiendo ese diseño que ha recogido numerosos premios que busca descargar de seriedad y proporcionar músculo y aerodinámica a las formas del coche. Los volúmenes del coche se salen de lo que esperamos de un SUV al uso y consiguen aligerar esa imagen de coche torpe y grandote herencia de los todoterreno.
El interior de este Stelvio si ha sufrido cambios bastante importantes y en algunos de ellos se nota que la marca italiana ha escuchado las quejas y sugerencias de los usuarios para mejorar algunas funciones y accesorios. Uno de los detalles que se han mejorado son los huecos portaobjetos que han cambiado de tamaño y ubicación para que sean más prácticos para los ocupantes. También se ha añadido debajo del apoyabrazos una superficie de carga inalámbrica para el teléfono móvil.
Nuevos materiales y diseño
Uno de los cambios más interesantes ha sido el rediseño y adopción de materiales nuevos en la zona del selector de cambio y el mando de control del sistema de información y entretenimiento además del control de volumen y el selector DNA de comportamiento del coche. Aunque la disposición es bastante parecida a la del modelo anterior sí hemos notado que es resulta más cómodo manejar el sistema además de que el tacto es más agradable.
Novedades importantes en el sistema de información y entretenimiento así como en la propia pantalla que ahora pasa a ser táctil, lo que da más opciones para aquellos usuarios a los que el selector les resulte demasiado engorroso en ciertas situaciones (aunque sea preferible a la hora de utilizarlo con el coche en marcha). El tamaño sigue siendo de 8,8 pulgadas y la calidad sigue siendo buena con visibilidad sin problemas en condiciones de iluminación de todo tipo.
El interfaz del sistema también se ha renovado y ahora permite una mayor personalización ya que se pueden arrastrar los elementos de información para configurar la pantalla a nuestro gusto. Una de las ventajas de la pantalla táctil porque con el selector esta funcionalidad sería prácticamente imposible. El sistema es compatible con Apple Car Play y Android Auto lo que nos permite utilizar algunas funciones del teléfono móvil en la pantalla del Stelvio.
Indicadores deportivos
En lo que respecta a los indicadores siguen teniendo el mismo diseño deportivo que la versión anterior con sendos diales tradicionales que indican la velocidad y las revoluciones por minuto. Lo que si cambia es la pantalla de información de siete pulgadas que se coloca entre estos dos indicadores. Sobre todo se ha modificado y modernizado el grafismo y la información se presenta ahora de forma más clara con una tipografía más grande y visible.
El resto de factores como la habitabilidad y el maletero no han cambiado. Se trata de un coche en el que se viaja confortablemente tanto delante como atrás, aunque la plaza trasera central es algo más incómoda que en otros SUV por la presencia de un túnel de transmisión bastante voluminoso. El maletero tiene el mismo tamaño que la generación anterior y con 525 litros tendremos más que suficiente para equipaje y otro tipo de carga.
Pero el punto fuerte de todo Alfa Romeo que se precie es sin duda a la hora de llevarlo sobre el asfalto. En la anterior prueba tuvimos la ocasión de probar el propulsor de gasolina de 280 caballos mientras que para esta nueva generación optamos por el de 210 caballos diésel. Un motor de cuatro cilindros en línea con una excelente cifra de par, 410 Nm, que promete ofrecer un comportamiento bien distinto que el que pudimos conocer con el motor de gasolina.
Aunque los diésel suelen ser más ruidosos que los motores de gasolina la buena insonorización del Stelvio no nos permitió apreciar diferencias en este punto. En frío se notan algo más de vibraciones pero nada realmente destacable. Al acelerar con decisión la cosa cambia a nivel «musical» ya que el sonido ronco de los escapes no es el que nos deleitaba con el motor de gasolina. Perdemos un poco de personalidad pero en prestaciones no andamos mal.
Buena aceleración
El coche acelera prácticamente igual a pesar de tener 70 caballos menos, sobre todo e revoluciones bajas donde la elevada cifra de par hace que podamos recuperar sin problemas sin necesidad de revolucionar demasiado el motor. En la parte alta del cuentarrevoluciones es donde el diésel pierde algo más de fuelle, aunque aguante bastante bien y permite una conducción deportiva aunque distinta a la que realizaríamos con el gasolina.
Seguimos impresionados por la agilidad que muestra el Stelvio, que no deja de ser un SUV de buen tamaño. Entra en las curvas con decisión y los cambios de dirección son ágiles y precisos. La estabilidad es muy buena y esto no perjudica prácticamente el confort de marcha. Un equilibrio que suele ser delicado ya que si se endurecen las suspensiones para dar más garra normalmente es a costa del confort de marcha sobre el asfalto.
No es un coche con el que uno se pueda animar demasiado fuera del asfalto pero la tracción total y los sistema de ayuda a la conducción, mejorados en esta actualización, sí que permiten alguna alegría en carreteras de tierra siempre que no encontremos obstáculos demasiado comprometedores. Como en la versión anterior podemos seleccionar tres modos de conducción entre Dinámico, Normal y el All Weather para terrenos de poca adherencia.
Conclusiones
El Alfa Romeo Stelvio se ha convertido en todo un clásico dentro de la familia de SUV deportivos y esta ligera actualización ha mejorado algunos puntos y modernizado otros para mantenerlo como una de las opciones más divertidas de este tipo de coches. La versión diésel pierde un poquito de garra y deportividad para proporcionar un motor también potente pero más práctico y sobre todo bastante menos gastón que la versión de gasolina de 280 caballos que probamos antreriormente.
Lo que no cambia es el tacto del coche cuando queremos divertirnos, una sensación de control bastante sorprendente para un coche de este tipo que siempre otorga sensaciones. La verdad es que aunque los motores y el aspecto exterior siguen siendo válidos y competitivos esperamos a una nueva generación con curiosidad para ver si mantiene o incluso incrementa esa diversión asegurada con la que nos encontramos siempre que subimos a un Alfa.
Diseño deportivo
Buena habitabilidad
Interiores y sistemas mejorados
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