¿Puede una tarjeta gráfica barata cubrir tus necesidades? Vemos dónde está el límite

Con el panorama actual comprar una tarjeta gráfica barata, o a un precio razonable, es casi imposible, tanto que, de hecho, no es una buena idea cambiar este componente ahora mismo. No obstante, puede que te encuentres en una situación de fuerza mayor, y que no tengas más opción que dar el paso porque tu tarjeta gráfica está fallando, o porque no puede mover aplicaciones o juegos que quieres disfrutar cuanto antes.

Si estás decidido y lo tienes claro, déjame decirte que para encontrar una tarjeta gráfica barata vas a tener que estar dispuesto a aceptar importantes sacrificios, hasta tal punto que, francamente, en la mayoría de los casos no valdrá la pena gastar dinero. Esto se debe a que, como hemos dicho en ocasiones anteriores, no solo es casi imposible encontrar una tarjeta gráfica a precio normal, sino que además los modelos de segunda mano han sido objeto de una fuerte especulación y de una alta demanda, lo que ha acabado por inflar también sus precios de forma significativa.

Dado que la cosa va para largo, y que recientemente he tenido el caso de un amigo que las ha pasado «caninas» para poder sustituir  una tarjeta gráfica que empezaba a fallarle, me he animado a dar forma a este artículo especial, donde intentaré ayudaros a tener claro dónde está el mínimo aceptable, en términos de rendimiento, al comprar una tarjeta gráfica barata, y os daré una serie de recomendaciones para que no os sintáis perdidos a la hora de navegar por la tremenda marejada que se ha formado en el sector. Como siempre, si os quedan dudas, podéis dejarlas en los comentarios y os ayudaré a resolverlas.

¿Qué es una tarjeta gráfica barata? Nociones básicas

tarjeta gráfica barata

En este artículo, se define como aquella que tiene un precio de venta económico, inferior a los 100 euros, y que por tanto posiciona como una opción asequible y atractiva para usuarios con presupuestos ajustados, y también para sacar adelante actualizaciones o reemplazos temporales que se producen «de urgencia», es decir, por necesidad. Por ejemplo, una GeForce GT 710 o una Radeon HD 6450 encajarían, sin problema, en esta consideración.

Normalmente, una tarjeta gráfica barata ofrece un rendimiento limitado, algo totalmente normal teniendo en cuenta la franja de precio en la que se sitúan. El problema está en que, debido a la situación que vive el sector de las tarjetas gráficas actualmente, ni siquiera las tarjetas gráficas menos potentes y más económicas han salido indemnes. En efecto, esto quiere decir que su precio también se ha inflado, y esto ha producido un desorden importante que puede llevar a los usuarios con menos conocimientos a cometer errores.

Por ejemplo, la citada GeForce GT 710 rondaba, hace unos meses, un precio aproximado de 15 euros en el mercado de segunda mano, y ahora es fácil ver listados donde aparece con un precio de entre 30 y 50 euros. Lo mismo ocurre con las alternativas de AMD, y con modelos situados uno o dos escalones por encima.

Un usuario que tenga una necesidad urgente de conseguir una tarjeta gráfica barata, y que no esté al tanto de lo que hemos dicho, puede ver esa GeForce GT 710 listada por 50 euros en el mercado de segunda mano y pensar no solo que es totalmente normal, sino que incluso es una buena oferta y una compra acertada, pero la realidad es totalmente distinta, ya que dicha gráfica ofrece un rendimiento muy bajo. No vale la pena por ese dinero.

Entonces, ¿dónde está el mínimo aceptable?

tarjeta gráfica barata

La verdad es que depende de las necesidades de cada tipo de usuario, pero es posible establecer una serie de claves generales que os servirán a modo de guion para evitar una mala decisión. Con todo, tened en cuenta que con lo inestable que está el sector gráfico ahora mismo puede que, al final, nos veamos obligados a hacer sacrificios, sobre todo en aquellos casos en los que nuestra tarjeta gráfica haya «muerto», o esté a punto de hacerlo.

¿Qué entendemos como mínimo aceptable? Pues muy sencillo, aquella tarjeta gráfica barata que es capaz de ofrecer una buena experiencia manteniendo un precio «razonable«, siempre teniendo en cuenta las particularidades del momento en el que nos encontramos.

A continuación os dejo algunos ejemplos de tarjetas gráficas baratas que pueden parecer tentadoras, pero que en realidad deberíamos esquivar a toda costa:

  • GeForce GT 710: rondan los 30-50 euros de segunda mano. Es una mala compra.
  • GeForce GT 730: tiene un precio disparatado, de hecho, los modelos nuevos pueden llegar a costar más que una GT 1030.
  • Radeon HD 6650: y todos las versiones inferiores, ya que tienen precios inflados y ofrecen un rendimiento pésimo.
  • Radeon RX 550: se encuentran nuevas por más de 180 euros, y de segunda mano por unos 100 euros, precios carentes de sentido.

Otros modelos, como las GTX 750-GTX 750 Ti, GTX 970, Radeon R9 270X y Radeon R9 290 ofrecían un valor excelente, pero debido a la alta demanda han sido objeto de una fuerte especulación, lo que ha disparado sus precios y ha hecho que, salvo contadas excepciones, no valgan la pena.

tarjeta gráfica barata

Si solo quieres una tarjeta gráfica barata para navegar y reproducir contenidos multimedia cualquier modelo de gama baja cubrirá sin problemas tus necesidades, y no deberías gastar más de 10 euros. Asegúrate, eso sí, de que cuenta con el conector de imagen que necesitas. Una GeForce GT 610 por 5 euros sería una buena compra, pero por desgracia están pidiendo entre 15 y 20 euros en el mercado de segunda mano.

En caso de que quieras sustituir una tarjeta gráfica para gaming, el mínimo aceptable vendrá determinado por la resolución a la que juegues, aunque ya te adelanto que ahora mismo no vas a encontrar ninguna tarjeta gráfica barata para jugar de forma óptima en 1080p, ni siquiera en el mercado de segunda mano.

Si juegas en 720p, ahora mismo el mínimo aceptable estaría en una GT 1030 con 2 GB de memoria GDDR5. Es muy importante que escojáis el modelo con GDDR5, ya que existe una versión con DDR4 que ofrece un rendimiento lamentable. Podemos encontrarla de segunda mano desde 45 euros, una cifra razonable teniendo en cuenta lo que ofrece, y la situación del mercado.

En caso de que juegues en 1080p y no tengas más remedio que sustituir tu tarjeta gráfica actual, el mínimo aceptable estaría en una GTX 660 o en una Radeon HD 7850, ambas con 2 GB de GDDR5. Todavía es posible encontrarlas con un precio medio de 65 euros. Con cualquiera de ellas podremos mover prácticamente cualquier juego actual en 1080p, aunque bajando calidad gráfica y aceptando tasas de FPS algo ajustadas, en algunos casos, como vimos en este artículo donde repasamos 30 juegos con buenos gráficos y pocos requisitos.

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