Peugeot 508 HYBRID, tendencias
¡Son como enormes vainas! Becky Driscoll (La invasión de los ladrones de cuerpos, 1956)
Las manos y la batuta de Richard amasaban los primeros compases del tercer movimiento, desencajando cada músculo para enviar a la parte de la orquesta correspondiente el mensaje preciso para que cada vibración de cuerda, cada aliento en los brillantes recovecos de los bronces, cada espasmo de los dedos sobre los anillos de los clarinetes cumpliera su destino. Chaikovski nos hablaba a través de su cuerpo mientras nosotros, la orquestra, lo contemplábamos absortos, hechizados por los endiablados movimientos del maestro poseído por el alma de una música luchando por desbordar cada uno de nuestros temblorosos instrumentos. Yo, desde el lugar privilegiado del primer violín, disfrutaba en primera fila de este raptus al que nunca había conseguido acostumbrarme. Y aunque sabía perfectamente que no debía hacerlo, cerré los ojos por un instante y en ese momento las endiabladas notas vibrando en mis oídos, en mis pies, en mis huesos, me recordaron el leve perfume y la suave calidez del cuerpo de Laura. La mujer de Richard. Entramos en el allegro y entonces abrí los ojos y me di cuenta de que Richard me miraba fijamente. Sus brazos y sus manos seguían dirigiendo mientras su cabeza parecía cobrar independencia de su cuerpo para observarme con una expresión que no podía ser otra que una profunda y devastadora ira.
Y entonces supe que él lo sabía. Un gesto impaciente me sacó del terror en el que esa certeza me había petrificado y mis dedos empezaron a trenzar el allegro vivacissimo del final mientras el maestro con inédita violencia me exigía que sacara las notas de mi violín. Supe que ese era mi último concierto en vida, el último solo de violín que iba a interpretar. Entonces la música entró en mi. Cerrando los ojos el violín cobró vida y envenenó cada músculo de mi cuerpo. Sin darme cuenta me levanté arrebatando de la madera el crescendo mientras avanzaba hacia Richard que seguía agitando las manos y la batuta como un espadachín parando los golpes de su adversario. El violín parecía haberse puesto al rojo vivo mientras las notas se agolpaban y salían a borbotones del filo de las cuerdas y parecían golpearle con fuerza mientras él retrocedía. Puse un pie en el atril y subí de un salto sin dejar de tocar, alcanzando el paroxismo de los últimos compases con fuego en los ojos. Y cuando destripé el instrumento para sacar las últimas dos notas abrí los brazos y grité. Nunca podré olvidar la cara de pánico de Richard al tropezarse y caer al foso sin dejar de agitar las manos. El charco de sangre. Y el tórrido fervor inevitable con el que el público aplaudió.
La marca francesa Peugeot tenía en el desarrollo de su última generación del modelo 508 todo un desafío. El objetivo para esta gran berlina es que fuera el escaparate de las soluciones tecnológicas y de diseño de la marca ya que se trata de lo que a los periodistas nos gusta definir como el buque insignia de la misma. Podría decirse que consiste en marcar el territorio que se va a pisar frente a los rivales que hacen lo propio con sus modelos más ambiciosos y frente a otras marcas de más relumbrón con las que el desafío es demostrar que con un precio no tan alto se pueden ofrecer resultados similares (a veces muy similares). En su momento ya tuvimos ocasión de probar el 508 en su versión de tres volúmenes y motor HDI, pero en esta ocasión hemos querido tener en nuestras manos el Peugeot 508 Hybrid, lo último de este modelo con el moderno sistema de propulsión híbrido enchufable que también pudimos experimentar en otros modelos de la marca y del grupo.
Modelo analizado | Peugeot 508 |
Motor y acabado | SW GT Pack Hybrid 225 e-EAT8 |
Potencia | 224 CV (181 motor gasolina, 109 eléctico) |
Velocidad máxima | 240 Kmh |
Aceleración o-100 | 8,2 s |
Largo/ancho/alto | 4778/1859/1420 mm |
Potencia máxima RPM | 181 CV a 6000 RPM (gasolina) 109 CV (eléctrico) |
Par máximo Nm/RPM | 360 Nm 6000 RPM |
Caja de cambios | automático 8 marchas |
Web | https://www.peugeot.es/ |
Precio | 48.850 euros |
Siempre que nos ponemos frente a un Peugeot nos queda claro que el diseño exterior es uno de los puntos que más se cuidan por parte de la marca del león. Las líneas del 508, en este caso con carrocería familiar, siguen las pautas «felinas» de sus antecesores. El frontal con sus grupos ópticos afilados, un capó alargado y una calandra estrecha enmarcada por un embellecedor plateado tiene esa mirada característica que queda enmarcada por un generoso spoiler con toma de aire en la parte inferior.
Líneas felinas
La línea lateral de este modelo también luce dinámica y agresiva con la peculiaridad en este caso de que se trata de un modelo familiar o «sport wagon» por lo que no dibuja el volumen final en la parte trasera sino que prolonga el diseño aerodinámico hasta el portón del maletero. El coche aparenta ser más largo que su contrapartida con carrocería berlina y así es aunque no de forma significativa pues gana una veintena de milímetros en el voladizo lo que hace que el coche roce los 4,78 metros de longitud.
En la parte trasera domina el gran portón que da acceso al maletero sobre el que se ha desplazado el spoiler, algo más discreto que el que luce la versión berlina. Los grupos ópticos son similares y al igual que el cuatro puertas quedan unidos por una franja de plástico opaco con el escudo de la marca en el centro. El parachoques sobresale y envuelve la parte inferior del portón y queda rematado por un embellecedor en color negro que acoge los tubos de escape.
Si línea exterior consigue el objetivo de presentar un coche dinámico y moderno en el interior, como ya vimos en su momento, también predominan los detalles que subrayan un diseño actual. Como en el resto de modelos de la marca el volante tiene un tamaño reducido y achatado para que podamos ver la instrumentación por encima de él y no a través del mismo como en otros coches. Es un sistema al que se acostumbra rápidamente y que si regulamos la altura del volante y la posición del asiento podremos adaptar a nosotros sea cual sea nuestra estatura.
Buenos acabados
Los acabados del interior del 508 son muy buenos, con materiales con un tacto excelente y mucho cuidado en los ensamblajes y el ajuste de todas las piezas así como de los distintos botones y mandos. Esto hace que tras una temporada al volante del 508 la sensación de calidad sea bastante grande, que es lo que se espera de un coche destinado a ser el abanderado de una marca. Mención aparte merecen los asientos que además del buen tacto del material, en este caso combinación entre tela y cuero sintético, son por diseño muy cómodos y adaptados anatómicamente. Preparados a que hagamos muchos kilómetros sobre ellos.
La parte delantera del 508 está diseñada para envolver al conductor y al pasajero, la consola central es muy grande y elevada y junto con el salpicadero crean esa sensación de estar encerrados. Esto hace que sea más cómodo apoyar los brazos pero también crea cierta sensación de apretura que en cualquier caso no pone en dificultad la conducción ni el confort de marcha. Como en el modelo berlina las ventanillas no tiene marco.
El sistema de información y entretenimiento es idéntico a la de la versión de cuatro puertas y cumple perfectamente su cometido con la peculiaridad de ciertos controles con diseño poco habitual. Como ya comentamos en la prueba anterior la disposición de la pantalla no es la ideal porque se encuentra por debajo de las salidas de ventilación central y por esa razón hay que apartar demasiado la mirada de la carretera. Eso sí, el diseño de los controles es tal que es sencillo accionarlos sin tener que mirar dónde se encuentran.
Diferente a sus hermanos
A diferencia de los 508 con propulsores exclusivamente de explosión este 508 Hybrid ofrece tanto en la instrumentación como en el sistema de información y entretenimiento datos sobre el funcionamiento del sistema híbrido y eléctrico. En la instrumentación veremos cómo el indicador de revoluciones se ha sustituido por una visualización en la que se marcan tres zonas de funcionamiento: Eco, cuando el motor eléctrico está consumiendo poca energía, Power, cuando éste motor esté contribuyendo a la potencia del conjunto de propulsores y Charge, cuando el motor eléctrico esté recuperando energía para cargar las baterías.
En el sistema de información por su parte podremos visualizar detalles del funcionamiento del sistema de propulsión como un gráfico que muestra el flujo de energía del sistema híbrido y eléctrico, información de consumo cuando funcionamos con el motor eléctrico o la programación de la carga. Información muy importante para saber gestionar el funcionamiento de los distintos sistemas de propulsión del coche y poder así optimizar el consumo de energía eléctrica y de combustible.
En la parte trasera el espacio es grande y podemos acomodar a tres personas sin problemas aunque con alguna estrechez en anchura. Hay espacio de sobre para las piernas y con respecto al 508 berlina se gana algo más de altura para poder acomodar a pasajeros con una estatura mayor. Para los pasajeros de las plazas de atrás encontramos dos salidas de ventilación y dos tomas USB para carga de dispositivos, aunque no haya controles independientes de la climatización.
Espacio en el maletero
Al optar por colocar las baterías del sistema debajo de los asientos traseros los ingenieros de Peugeot han podido mantener la capacidad del maletero con respecto al resto de 508 SW. Nos encontramos con 530 litros que aunque no suponen un récord para la categoría es un espacio más que respetable para cargar mucho equipaje y todo tipo de bultos. Las formas son regulares aunque la altura para cargar objetos es algo elevada. Dispone de argollas y otros elementos para mantener sujeta la carga y la posibilidad de abatir por partes los asientos traseros para llegar hasta los 1.789 litros.
Llega el momento de la prueba dinámica y como siempre damos un repaso a las características técnicas del coche. No se trata de un 508 cualquiera ya que gracias al sistema híbrido enchufable que ya pudimos ver en otros modelos del grupo PSA, este 508 tiene a su disposición nada menos que 224 caballos cuando los motores de explosión y eléctrico empujan a la vez. En modo exclusivamente eléctrico podemos contar con hasta 109 caballos.
Potencia que pesa
Aunque se trata de una cifra considerable de potencia, hay que tener en cuenta que el modelo equivalente con motor de explosión de gasolina llamado Puretech pesa nada menos que 320 kilos menos. Una diferencia de peso considerable para un coche que pesa en total 1.800 kilos. Eso sí, gracias a la contribución del motor eléctrico la cifra de par es superior: 360 Nm comparados con los 300 que logra producirf el 508 que equipa solamente el motor de gasolina.
Comenzamos la prueba con el propulsor eléctrico. Como hemos notado en otros modelos del grupo con el mismo sistema de propulsión el funcionamiento es muy suave y gracias a las características de este tipo de motor se viaja con mucha suavidad. Hemos notado que en un funcionamiento urbano incluso cuando necesitamos acelerar con decisión el sistema respeta el funcionamiento eléctrico y a menos que pisemos a fondo el motor de combustión permanece inactivo.
El buen aislamiento acústico y el excelente confort que proporciona el 508 contribuyen a que la marcha en modo eléctrico sea muy relajante. La autonomía, como suele ser habitual, es menor de la anunciada (52 kilómetros) pero siendo cuidadosos se pueden superar los 40 kilómetros sin problemas. La carga eléctrica permite repostar energía en unas 3 horas usando la carga estándar de 3,7 kW y la mitad si optamos por el sistema opcional que permite cargas de hasta 7,4 kW.
En carretera
Después de haber dado nuestros paseos por las calles de la ciudad cargamos de nuevo el vehículo y nos dispusimos a probarlo en carretera. He de decir que esos 300 kilos de más no se han dejado ver en nuestras pruebas a buen ritmo en carreteras viradas. Los ingenieros de Peugeot han hecho un excelente trabajo en suspensiones y amortiguadores y el coche afronta curvas enlazadas sin ningún atisbo de torpeza, con una agilidad impropia de un coche tan pesado y con una carrocería tan larga.
Tampoco hemos notado limitaciones a la hora de frenar por lo que también es evidente que este sistema se ha reforzado para compensar ese aumento de peso. Nos ha gustado mucho también el confort de marcha en modo híbrido en los trayectos en autopista donde la buena amortiguación y el excelente aislamiento del ruido externo hace que sea un coche ideal para recorrer muchos kilómetros. Hay que tener en cuenta que si usamos el modo Sport en el que funcionan los motores a la vez podemos consumir la batería y en ese caso no dispondremos de toda la potencia hasta que un mínimo de carga haya vuelto a almacenarse.
Conclusiones
El 508 es uno de los modelos de Peugeot que mejor transmiten la filosofía de la marca: un diseño muy cuidado y moderno, un confort excelente y mucha tecnología. En este caso el 508 Hybrid no solamente cumple con las premisas sino que equipa un sistema de propulsión al a vanguardia que se está poniendo muy de moda como posible compromiso entre un futuro en el que la movilidad eléctrica es poco menos que inevitable y un presente en el que los compradores necesitan un coche para viajar y por tanto una buena autonomía.
En este caso el 508 consigue un compromiso muy bueno con un coche ágil tanto en ciudad como en carretera con una autonomía eléctrica suficiente para el uso urbano diario. El refinamiento de marcha es muy elevado y podemos llevar a este 508 a terrenos en los que la conducción se convierte en divertida sin ponerlo en dificultades. Además supone una buena alternativa a un SUV con un maletero que sin ser enorme puede proporcionarnos ese plus de practicidad.
Comportamiento en carretera
Cambio algo lento
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