Zoom podrá espiarte si no pasas por caja

No es nada nuevo, de acuerdo, Zoom es, y ya te lo contamos hace tiempo, una pesadilla para la privacidad. Y es que al éxito cosechado por este servicio de videoconferencia durante los últimos meses, fruto de la anómala situación generada por la COVID-19, ha tenido como contrapartida para sus responsables un aluvión de (merecidas) críticas a su falta de seguridad y privacidad.

Unos problemas a los que, además, se ha sumado la creciente competencia por parte de otras empresas que ofrecen servicios similares y han decidido destacarlos, como Google o Microsoft, y otras como Facebook, que ha decidido añadir funciones de videoconferencia a Facebook Messsenger y Whatsapp para, de este modo, competir con Zoom.

Consciente de dichos problemas, los responsables de Zoom decidieron acometer un plan integral para solucionar todos esos problemas. Un plan de 90 (de los que ya prácticamente han transcurrido dos tercios) y que, por ejemplo, ha llevado a la compañía a adquirir KeyBase,  un servicio de directorio público de claves de cifrado que, además, se pueden asociar a perfiles de aplicaciones y redes sociales. Al sumar esta tecnología a la ya empleada, se garantizaría al 100% la privacidad de las comunicaciones.

Sin embargo, ya desde ese momento la compañía anunció que está función solo estaría disponible para las cuentas de pago de Zoom. Para las cuentas gratuitas, aunque las comunicaciones también se cifrarían de extremo a extremo, las claves pública y privada de cada usuario seguirán permaneciendo en los servidores y, por lo tanto, bajo el control de la compañía.

Y hoy sabemos, por la Agencia Reuters, que la compañía no descarta «abrir» las conversaciones privadas mantenidas mediantes cuentas gratuitas de Zoom. ¿La razón? Perseguir el posible uso delictivo que se pueda hacer de las mismas. Para justificar esta medida, plantean que los usuarios de las cuentas de pago ya están identificados (principalmente por el medio de pago empleado), mientras que las cuentas gratuitas pueden ser 100% anónimas, lo que facilita su empleo para fines ilícitos.

En principio puede parecer un argumento convincente, el problema es que, ¿no tendría más sentido evitar el anonimato de las cuentas? Sacrificar la privacidad de todos los usuarios de cuentas gratuitas para perseguir un marginal uso delictivo, al tiempo que se blindan las cuentas de pago, no parece tanto una medida para evitar el uso de Zoom para fines ilícitos, como un recurso más para hacer más atractivas las cuentas de pago que las gratuitas.

 

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