Tesla Model 3, alturas
«High, higher than the sun» Elevation (U2, All That You Can’t Leave Behind 2000)
«Va a salir el sol» la obviedad no pareció interesar demasiado a Samuel que jugueteaba sentado en el suelo del callejón con una lata vacía. Así que se tomó su tiempo para decir con indiferencia. «Eso parece» mientras la claridad se iba extendiendo poco a poco por el cielo mal iluminado de uno de los barrios más abandonados de la ciudad. Una luz tenue que iba desvelando la basura que se había adueñado de las aceras, cuerpos inertes descansando quién sabe si para siempre sobre los bancos de la calle, graffitis de desesperación y de protesta contra todo en general iban apareciendo según la sombra se iba retirando hacia donde estaban ellos dos. Tania decidió entonces sentarse en el suelo junto a Samuel y seguir con las obviedades: «habrá que moverse, ¿no» fingiendo un tono indiferente. Samuel no apartaban la mirada de su lata que iba pasando de una mano a otra girándola en el aire. Después de otra larga pausa contestó «¿Por qué?». «Ya sabes por qué» se apresuró a rebatir Tania.
Samuel se incorporó lentamente, dejó caer la lata y le dio una patada que provocó su desaparición tras una montaña de basura recibida por los chillidos alarmados de las ratas. «¿Sabes qué Tania?» empezó a decir Samuel metiéndose las manos en los bolsillos. «He llegado a mi límite» y se volvió hacia ella. «Al principio toda esta situación, esta profunda decadencia de la humanidad me divertía. Me facilitaba las cosas. El caos, la violencia… fue apasionante cabalgar esa ola de desconcierto» se le escapó una risita mientras dirigía la mirada al suelo. «Luego he visto cómo se ha ido pudriendo lentamente primero la sociedad y poco a poco infectando a cada individuo radicalizado, egoísta, ignorante, esclavo de lo que en cada momento le quisieran vender.» Entonces clavó sus ojos en los de Tania. «Hasta que sin darnos cuenta el mal se ha quedado sin trabajo Tania» se encogió de hombros apoyándose en lo que parecía un grafiti que empapaba de rojo la pared. Tania se acercó y le cogió del hombro mientras el sol entraba en el callejón como una riada. Y abrazados empezaron a convertirse en ceniza.
Allá por el 2003 un ingeniero llamado Elon Musk ya tenía planes ambiciosos para la conquista del espacio y una corta pero exitosa carrera de emprendedor en Silicon Valley además de poder presumir de tener los bolsillos bien llenos por algunas ventas de empresas tremendamente exitosas. Ese mismo año visitaba la empresa AC propulsion para probar un prototipo de vehículo eléctrico: el tZero. Un deportivo con aire de coche de juguete al que le faltaba cualquier tipo de elemento de seguridad o lujos como un techo o puertas. Sin embargo era capaz de alcanzar los 100 kilómetros por hora en menos de cuatro segundos con una autonomía de 300 kilómetros por hora.
Ficha técnica del Tesla Model 3
Elon tenía (en realidad tiene) un buen olfato para los negocios a pesar de ser un ingeniero y ante la negativa de los responsables de AC propulsion de comercializar el coche decidió diseñar y comercializar su propio vehículo eléctrico deportivo. Y así nació Tesla y el legendario Roadster. Pero la visión de Musk no era solamente la de hacer dinero vendiendo coches deportivos. Ya en 2006 desvelaba cuál era su plan en realidad: «Fabricar un coche deportivo. Usar ese dinero para fabricar un coche asequible. Usar ese dinero para fabricar otro coche más asequible. Y mientras tanto suministrar sistemas para la generación de electricidad con emisiones cero.’
En MuyComputer hemos tenido en nuestras manos un exponente del tercer paso del plan de Musk. Tras comercializar el Roadster (del que pronto se comercializará una nueva versión) y con el éxito de los modelos S y X (que hemos tenido la suerte de probar también) Tesla estaba lista para ofrecer un coche más asequible que los modelos mencionados: el Tesla Model 3. Se trata de un coche que por dimensiones y precio estaba destinado a ser más vendido que sus antecesores. Y así está sucediendo, tanto que en algunos países encabeza las listas de los coches más vendidos.
El pequeño
El pequeño de los Tesla que tuvimos entre manos para las pruebas era el más potente que se puede adquirir y también el más equipado. Se trata de un Dual Motor, es decir, tracción integral con un motor por cada eje que proporcionan una potencia conjunta de 480 caballos que consigue llevar al Model 3 de cero a 100 kilómetros por hora en 3,4 segundos. Para ser un «coche del pueblo» es una cifra que pocos deportivos tienen a su alcance. Y la verdad es que leyendo las especificaciones a uno le brota espontánea la sonrisa sabiendo que lo vas a probar, sobre todo recordando la experiencia de aceleración que experimentamos con sus hermanos mayores.
El aspecto exterior del Tesla Model 3 es el de una berlina con línea deportiva acentuada en nuestro caso por las llantas negras de 20 pulgadas y el alerón de fibra de carbono que montaba la unidad. Tiene un tamaño de 4,69 metros que se queda a medio camino entre un turismo de tamaño grande y mediano lo que no da muchas pistas a priori de su habitabilidad y aprovechamiento del espacio interior dada las peculiaridades de ser un vehículo eléctrico: por un lado el motor ocupa poco espacio y por el otro hay que encontrar sitio para las baterías. El tamaño del coche lo hace acomodarse mejor a lo que ofrece la competencia y proporciona por primera vez un Tesla con el que es cómodo moverse y maniobrar en ciudad.
El morro del model 3 ofrece un aspecto inconfundible, principalmente por la ausencia de tomas de aire para refrigerar el motor, solamente se respeta la toma de aire bajo el parachoques, en este caso para llevar aire y enfriar las baterías. Los pilotos delanteros tienen forma de boomerang lo que junto con el diseño en forma de lágrima de los faros le proporcionan un aspecto moderno y no demasiado agresivo comparado con otras berlinas con aspiraciones dinámicas de la competencia.
Sin tiradores
En el lateral con perfil deportivo para el no iniciado en Tesla sorprende la aparente ausencia de tiradores que en sus hermanos aparecen como por arte de magia mediante un sistema motorizado. Sin embargo para el Model 3 tenemos que empujar sobre la parte posterior de la misma para que aparezca la palanca y podamos utilizarla. Al principio parece engorroso pero al final compensa por el aspecto limpio que otorga a la carrocería, más que la supuesta mejora aerodinámica que existe pero que no es demasiado grande.
En la parte trasera encontramos el mencionado alerón que culmina una silueta afilada como marcan los designios del túnel de viento con una fuerte inclinación en la parte trasera para conducir el aire por donde sea más eficiente con el coche en movimiento. Los grupos ópticos invaden el lateral de la carrocería y parte del portón del maletero y son de tamaño considerable. El parachoques alto pero discreto termina de definir el exterior del coche.
Un elemento sobresaliente y uno de los que distingue a este modelo es el techo, que está compuesto prácticamente en su totalidad por un cristal templado de alta resistencia con un tratamiento especial para proteger de las radiaciones solares. El diseño del coche y sobre todo la rigidez que proporciona al chasis la superficie inferior ocupada por las baterías permiten este capricho panorámico sin comprometer la integridad y robustez del propio coche.
Acero y aluminio
En el caso del Model 3 la carrocería y el chasis están fabricados con acero y aluminio pero con menos elementos de este último material comparado con los otros dos modelos de Tesla. A pesar de eso los ingenieros americanos han conseguido mantener el peso relativamente bajo (aunque es muy superior al del de una berlina de motor de combustión de tamaño similar o incluso más grande) y eso se nota en las capacidades de manejo del coche como veremos más adelante.
A pesar de las peculiaridades y algunos detalles el aspecto exterior del Model 3 se acerca al de un coche convencional. Sin embargo al abrir la puerta (de forma no convencional por cierto, como hemos visto) nos encontramos con un panorama totalmente distinto. Es como si el minimalismo se hubiese apoderado del alma de los diseñadores de la marca californiana y se hubiera eliminado todo lo no indispensable e incluso elementos que hasta ahora sí se consideraban indispensables.
Paisaje interior
El salpicadero es territorio virgen. No solamente no encontraremos ningún botón, ni siquiera del sistema de climatización o del de sonido, sino que se han eliminado también las rejillas de ventilación e incluso la pantalla o diales de información detrás del volante. Tanto la visualización de cualquier información del coche como el control de todas sus funciones se ha centralizado en una enorme pantalla táctil de 15 pulgadas en el centro del salpicadero. Ya sea que queramos ver una serie en Neflix, regular la temperatura o incluso abrir la guantera todo lo tendremos que hacer desde ahí.
Se trata de una elección arriesgada de Tesla que por un lado trae ventajas como el diseño limpio y sobre todo el abaratamiento de la producción pero por otro lado puede dar algún que otro problema. Tener todo centralizado en una pantalla quiere decir que no todo puede estar a mano. En la misma podemos acceder a ciertas funciones como la de la climatización con un botón directo pero muchas otras funciones requieren que abramos un menú y realicemos una selección lo cual no es demasiado cómodo. Por otro lado el no tener tras el volante la información del coche puede resultar incómodo. O, sinceramente, eso creíamos.
La verdad es que en un período de adaptación muy corto no solamente no echábamos en falta tener esa información bajo los ojos sino que lo agradecíamos. La sensación de amplitud y la mejora en visibilidad desde el puesto de conducción cuando solamente el volante se interpone en la visión de la carretera es muy positiva. Además renunciamos así a distracciones con información no fundamental, el no tener esa información a mano paradójicamente hace que prestemos más atención a la conducción. Esa sensación de conducción minimalista es muy agradable y sorprendentemente no hace falta demasiada adaptación.
Adaptación al entorno
Además la cifra de la velocidad que quizás es lo que más podríamos echar en falta aparece en la parte izquierda de la pantalla central con lo que no hay que apartar demasiado la mirada. Algunas funciones son, como hemos dicho, engorrosas de activar como las funciones del limpiaparabrisas. Otras las tendremos a nuestro alcance con las palancas del volante como la activación y desactivación del Auto Pilot, control de de luces, de volumen y otras.
Como ya vimos en los anteriores modelos de Tesla que probamos el mencionado sistema de información y entretenimiento no solamente dispone de una pantalla grande y de mucha calidad sino que permite una cantidad muy grande de funciones y configuraciones. La gráfica es actual y la información muy completa y accesible. El tamaño y la calidad de la pantalla son de gran ayuda en funciones como el mapa de navegación o la imagen del sistema de cámaras que rodea el coche a la hora de maniobrar.
El Model 3 dispone de hasta nueve cámaras de alta calidad que resultan de gran ayuda en cualquier tipo de maniobras de baja velocidad. Incluso si se introduce una memoria USB en el conector correspondiente podemos pedir al sistema que permanezca en «modo sentinela» y así realizar grabaciones si se detecta la cercanía de algún objeto o persona o si alguien toca el vehículo. Como hemos apuntado el sistema de refrigeración no funciona con el tradicional conjunto de rejillas de ventilación sino con una única ranura de la que sale el aire caliente o frío según el caso.
Curiosa climatización
El sistema de climatización permite configurar en qué dirección y cómo se reparte el aire que se expulsa desde la ranura, al estilo de los sistemas de audio en los que se puede configurar el punto de escucha. Con un sistema táctil podemos mover el flujo de aire configurando los cuatro flujos de aire que permite controlar la aplicación. Hemos probado el coche en condiciones de bastante calor y el aire acondicionado ha funcionado de forma muy eficaz.
Desde la pantalla también podemos controlar el excelente sistema de audio y utilizar aplicaciones para escuchar música como Spotify o de vídeo como Youtube o Netflix (que por supuesto no podremos utilizar si el coche está en marcha). La conectividad la proporciona el propio coche con una SIM incorporada. Además de estas aplicaciones hay otras curiosas como la del Karaoke, que muestra letras en pantalla mientras suena la música para ir cantando en trayectos largos, además de varios juegos incorporados o incluso bromas y huevos de Pascua.
Tal y como vimos en los otros modelos que probamos, el programa de navegación es muy completo y permite ser utilizado en modo mapa o con imagen de satélite. Es capaz de calcular un itinerario y proponer paradas para cargar el coche tanto en supercargadores como en otros puntos de carga de menor velocidad en función de la autonomía de la que disponga el coche. Fundamental para realizar viajes largos sin preocupaciones sabiendo siempre lo que vamos a tardar incluyendo las paradas para realizar las cargas parciales para seguir nuestro camino.
Una app para controlarlos a todos…
Otra parte interesante del Model 3 y de los vehículos de Tesla en general es la integración de una gran cantidad de funciones en una app para móvil. Mediante esta aplicación (nosotros probamos la versión de Android) podemos realizar ciertas funciones a distancia como la apertura de puertas y maleteros, consultar la localización, configurar la climatización e incluso solicitar que el coche arranque y se acerque a donde estemos. Es una función de «invocación» pensada para los aparcamientos y para trayectos muy cortos.
En cuanto a la habitabilidad he de confesar que la primera vez que entré en un Model 3 (cuando se presentó en España hace unos meses) encontré el puesto de conducción y en general el espacio en la parte delantera algo escaso (soy bastante alto) pero una vez regulado el asiento adecuadamente la verdad es que he encajado perfectamente, tanto en distancia al techo como en espacio para las piernas sin problemas para manejar los pedales y sin chocar con el volante con las rodillas.
Mejorando los acabados
Los acabados siempre han sido uno de los puntos débiles de Tesla, no en vano compite en esa franja de precios con fabricantes de automóviles con muchísima más experiencia. Pero hay que decir que con los años este punto ha mejorado mucho, en parte porque los ajustes y terminaciones parecen mucho más cuidadas (las juntas entre las distintas piezas de la carrocería por ejemplo) y en parte porque el Model 3 es un coche mucho más sencillo y racional, como hemos visto en el diseño del salpicadero.
En la parte también hay mucho espacio para los ocupantes aunque no tanto en anchura por lo que tres personas viajarán algo estrechas. Con respecto a sus hermanos mayores incluso es mejor porque las rodillas de los pasajeros no van tan elevadas. Sigue siendo escaso el espacio para colocar los pies debajo de los asientos delanteros, pero en general se viaja de forma confortable. Hay buena ventilación también en la parte trasera y aquí sí que se ha optado por rejillas de ventilación tradicionales.
Dos maleteros, dos
En lo que respecta al maletero el Model 3 va bien servido, aunque no tanto como sus hermanos mayores. Como en los otros dos modelos de Tesla en realidad tenemos dos maleteros. Uno en la parte delantera que ocupa el lugar que ocuparía el motor en un vehículo de explosión y el maletero «tradicional» más grande. En el Model 3 éste tiene una capacidad de 425 litros mientras en la parte delantera puede caber una bolsa de viaje gracias a sus 117 litros.
El maletero de la parte trasera tiene formas regulares y es muy profundo así que resulta bastante práctico para viajar y el portón deja bastante espacio para cargarlo. Dispone de una tapa que da acceso a un segundo hueco debajo del piso del maletero también práctico para poder almacenar los cables u otros accesorios del vehículo que no queramos que compartan espacio de carga con el equipaje o con la compra dado el caso.
Preparados para el lanzamiento
Siempre que realizamos la prueba de un coche el momento de la verdad es el de sentarse al volante, arrancar y destapar la verdadera personalidad del coche cambiando de horizontes de cuando en cuando para descubrir cómo se comporta en cada situación y qué es lo que transmite. Ese momento al volante de un Tesla es especialmente emocionante porque son coches diseñados para transmitir una sensación de aceleración poco común.
Así que dimos poco margen a nuestro Model 3 y a la primera oportunidad y habiendo comprobado de forma concienzuda el entorno (no es nuestro primer rodeo con un toro californiano de estas características) pisamos el acelerador. Y ahí estaba el efecto lanzamiento de nave espacial, incluso más directo que cuando probamos el Model S con mayor potencia. Los 480 caballos de los dos motores eléctricos perfectamente embridados aceleran de forma inmediata pegándonos literalmente (de verdad) al asiento. Sin titubeos, sin avisos, sin ruido. Simplemente ocurre que cambiamos de lugar en un parpadeo.
Es notable la sensación de adherencia del coche, no solamente por las excelentes zapatillas que calzaba el Model 3 sino por la sabiduría del sistema computerizado de tracción que no deja nada al azar de la mecánica. La sensación es más intensa quizás, como apuntábamos, porque se trata de un coche más bajo, más pequeño y manejable que responde de forma más inmediata. El caso es que esta potencia instantánea es un vicio que es difícil abandonar para una conducción más racional.
Adictivo
Pero el caso es que, como nos ocurrió con el Model S, el pequeño de Tesla también resulta adictivo como coche tranquilo, urbano, con una potencia escondida para cuando se necesite. Aunque ni la insonorización ni el equipo de música son tan sobresalientes como en el Model S, sí son lo suficiente para disfrutar de una tarde en un atasco escuchando música de Ópera mientras a lomos del coro del Nabucco se diluyen las preocupaciones y el estrés mientras nos dirigimos plácidamente a casa.
Dentro de nuestra batería de pruebas nos gusta asomarnos a carreteras algo más viradas, en esta ocasión en el entorno de El Berrueco en Madrid, con una orografía y trazado del asfalto que invita a la diversión. Y esta es otra de las grandes virtudes del Model 3, es un coche que en terrenos sinuosos se pega a la carretera como nadie. El bajo centro de gravedad es el principal responsable pero también contribuyen el chásis y las suspensiones. El resultado es que engarzar una curva tras otra es, nuevamente, adictivo. Ningún titubeo y una agilidad muy superior a la del Model S o Model X (que de todas formas son bastante ágiles para su tamaño). Y salir de la curva acelerando con la sensación de despegue es la guinda del pastel.
En la parte de la autonomía este no es el Model 3 con mayor rango antes de tener que repostar electrones. Sus baterías de 75kWh le proporcionan hasta 530 kilómetros de recorrido sin recargar según el protocolo WLTP y se trata de una cifra bastante real según hemos podido comprobar, siempre que nuestras alegrías con el pedal del acelerador y los recorridos por autopista a velocidades cerca del límite se mantengan dentro de lo razonable. Como en los demás Tesla es un coche eléctrico especialmente indicado para viajar gracias a la red de supercargadores de la marca que se está ampliando poco a poco por toda Europa.
Conclusiones
El sueño de Elon Musk, a pesar de los obstáculos que va encontrando (y en ocasiones que él mismo se va creando) va tomando forma poco a poco. Y el Model 3 que hemos probado es una prueba de ello. Es arriesgado decir que un coche de 65.000 euros es un coche asequible, pero es posible adquirir una versión menos potente y equipada desde los 49.000 euros (por cierto, financiables con unas condiciones muy interesantes). Pero es que no hay coches comparables a este Model 3, ni de gasolina ni por ahora eléctricos por ese precio.
Y con un premio modesto de la lotería podemos conseguir un coche repleto de sensaciones, con un diseño minimalista que nos ha convencido y con capacidad de viajar de una forma cómoda y rápida a cualquier lugar. Quedan aún algunos defectos por pulir como el acoplamiento de las ventanas sin marco o la habitabilidad atrás, pero se han hecho pasos muy importantes con respecto a los problemas que encontramos en sus hermanos mayores. Y esto significa que en Ingolstad, Munich y Stuttgard deben de estar preocupados. O más bien ocupados porque por lo que se ve algo se va moviendo en los despachos y las mesas de los ingenieros alemanes. Mientras tanto nuestros sueños viajarán a Palo Alto.
Excelente sistema de infoentretenimiento
Funciones de control con la app
Buena autonomía y compatibilidad con supercargadores
Algunas funciones complicadas de activar
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