Samsung Galaxy S20+, análisis: vuelve la joya de la corona

Las cosas no salen siempre como un espera. Y este año Samsung tiene motivos para decirlo. La renovación de su familia de terminales de gama alta se ha producido en uno de los momentos más convulsos de los últimos años. Así que sí, una vez más la compañía ha puesto sobre la mesa tres de los mejores terminales del año pero lo que no está tan claro es se traduzca en ventas. Lo contábamos hace unos días en MCPRO: pese a que el S20, S20+ y S20 Ultra sean sin duda grandísimos smartphones, la crisis del coronavirus ya ha provocado que en febrero se haya registrado la mayor caída en la venta de smartphones de la historia: nada menos un 38%. Los datos de marzo, todo apunta que solo pueden empeorar.

Lo cual no quita, repetimos, que este Samsung Galaxy S20+ que hemos tenido la oportunidad de analizar durante la cuarentena, no sea un gran terminal. Como era de esperar, lo nuevo de Samsung mantiene un diseño muy similar al de la generación anterior, manteniendo esa pantalla infinity que hace años es marca de la casa. Se mantiene de la misma forma, la calidad en la construcción, apostando por un marco metálico de bordes redondeados que abraza una pantalla rematada con una doble capa de cristal en el frontal  (Gorilla Glass 6) y en la trasera. Repite además el famoso punch hole que vimos en el Galaxy Note 10, llevando en esta ocasión la frontal a los 10 MP, con grabación 4k y 60 FPS.

Y hablando de la pantalla. No nos olvidemos que además de ofrecer las especificaciones que esperamos en un tope de gama (panel AMOLED de 6,7 pulgadas, resolución  de 3.200 x 1.440p) es aquí donde encontramos una de las principales novedades que presenta la familia Galaxy S este año: una tasa de refresco de 120 Hz. Dos cosas tenemos que tener en cuenta en este punto: por defecto, la pantalla seguirá «refrescando a 60 Hz. por lo que si queremos activar esta característica, deberemos hacerlo desde el menú «pantalla». Y lo segundo …¿se nota? La respuesta rápida sería deciros que esta característica va a ser apreciada para los más jugones y es en este espacio donde realmente hemos notado que puede marcar la diferencia.

Pero incluso si no jugamos, los 120 Hz son un regalo visual. Las transciones en pantalla son tremendamente suaves y si además somos de los que aprovechamos nuestro smartphone para leer (por ejemplo un eBook), nuestra vista lo va a agradecer. ¿Pegas? La principal y nos atrevemos a decir que casi la única es el consumo de batería. Y es que aunque Samsung haya incluido una enorme batería de 4.500 mAh, los 120 Hz se cobran su precio. Con todo, a menos que seamo usuarios bastante intensivos, conseguiremos salvar el día.

A esto le añadimos que Samsung vuelve a entregar si no la mejor, una de las mejores pantallas del mercado. «Out of the box» sí, son esos colores saturados que les caracterizan, que odias o amas (yo soy de los segundos), pero que puedes cambiar desde los ajustes del terminal.

Esperábamos lo mejor de lo mejor y Samsung lo entrega

En un terminal como el que tenemos entre manos esperamos encontrar lo último del mercado y Samsung, que suele suscribir esa máxima en sus tope de gama, nos lo entrega…con cierta polémica. Porque mientras en el mercado internacional lo que nos llega es el SoC Exynos 990 (Ocho núcleos: dos a 2,73 GHz y otros dos a 2,6 GHz basados en la arquitectura Mongoose, cuatro núcleos Cortex-A55 a 2 GHz) made in Samsung, en Estados Unidos y China incorpora lo último de lo último de Qualcomm, esto es, el Snapdragon 865 (Ocho núcleos: uno a 2,84 GHz, tres núcleos a 2,42 GHz y cuatro núcleos a 1,8 GHz basados en la arquitectura Kryo 585).

¿Y por qué hay polémica? Por que tal y como os contamos hace unos días, una petición en Change.org asegura que los Galaxy con chip Exynos son inferiores y pide a Samsung que use los Snapdragon también en los mercados internacionales fuera de los Estados Unidos. ¿Tiene sentido esta polémica? En nuestra opinión es básicamente estéril. No es la primera vez que fabricantes como Samsung o Apple utilizan distintos SoCs, modems, etc. para distintos mercados y habitualmente, como este es el caso, sin que se resienta el rendimiento más allá de lo que pueda apreciarse en algunos tests sintéticos.

Lo mejor de lo mejor lo encontramos también en sus 128 GB de almacenamiento interno (ampliables hasta 1 TB mediante microSD) y sus 12 GB de memoria RAM. Es decir, salvo por el hecho de que su hermano mayor (Samsung Galaxy S20 Ultra) parte desde los 512 GB de almacenamiento interno, en este terreno ambos terminales comparten las mismas especificaciones técnicas. Un Ultra es cierto, que crece ligeramente en batería (de 4.500 mAh pasa a 5.000 mAh) pero comparte sus características asociadas como carga rápida y carga inversa (para otro smartphone o accesorio como los Samsung Galaxy Buds), además de la carga inalámbrica.

Pero insistimos, todo esto es lo que de alguna forma podíamos dar casi por descontado. Como también dábamos por descontado la ausencia de conector jack y que sin embargo Samsung ha sustituido por unos auriculares AKG N200 con conectividad USB-C que se sitúan por derecho propio en la gama media-alta del mercado.

Como ya hiciera en la generación anterior, lo nuevo de Samsung incluye conectividad 5G y un año más tarde sigue siendo en nuestra opinión un extra al que difícilmente vamos a sacar partido en España. Con el despliegue de redes y cobertura actual, cuesta imaginarse casos de uso en los que podamos agradecer contar con esta característica. La diferencia entre las versiones con y sin 5G en este terminal es de 100 euros por lo que es un factor que podemos considerar, especialmente si estamos acostumbrados a cambiar de smartphone cada uno o dos años.

Cámara: el auténtico quid de la cuestión

Si hay un apartado en el que Samsung haya hecho especial hincapié este año es en el aspecto fotográfico. Superado en su generación anterior por los flagship de Apple, Google y Huawei, los coreanos quieren demostrar que pueden seguir reinando.

Y aquí hay dos noticias para los amantes de la fotografía mobile: una positiva y otra no tanto. La buena es que muchos saben Samsung es de esas marcas que apuesta por la potencia bruta, no le gusta escatimar. Y así en este terminal nos encontramos una lente de 12 MP (principal), teleobjetivo de 64 MP, sensor de profundidad (ToF) y gran angular de 12 MP. Grabación a 8K y 30 FPS. La cámara frontal por su parte es de 10 MP con grabación de vídeo en 4K y 60 FPS.

Todo esto se traduce en una peana en la parte trasera del terminal en la que la multinacional monta todos estos sensores. Como viene ocurriendo en otros teléfonos premium, no es una solución muy estética, pero es lo que hay. ¿Y la mala noticia? La que muchos esperabais. Que aunque en el campo del hardware casi nadie puede hacerle sombra a Samsung, en el del software es otro cantar y por supuesto, la fotografía basada en IA no es su fuerte. ¿Qué hace Samsung? Apostar por eso de que más es más y prometer los mejores resultados. Eso sí, en este Galaxy S20+ no encontraremos ni el sensor de 108 MP del que tanto se ha hablado ni el famoso zoom de 100 aumentos. Para disfrutar de ambas características deberemos acudir a su hermano mayor.

Lo que sí que tenemos en cambio en este smartphone es un zoom óptico de 3x, si bien parte de una aproximación diferente: utiliza la misma distancia focal que la cámara principal y automáticamente recorta el centro del cuadro para mostrar ese efecto 3X. Según Samsung, se emplea esta solución para evitar un efecto de «zoom permanente» al grabar vídeo, ya que este sensor de 64 MP es el que se usa para grabar en 8K. Y hablando de 8K, aunque desde luego puede ser un añadido interesante…da la sensación de haber llegado tal vez demasiado pronto a este teléfono, toda vez que las pantallas y televisores equipados con esta tecnología, apenas han comenzado su aventura comercial.

¿En qué se traduce esto? Si lo comparamos con un smartphone como el iPhone 11 Pro Max del año pasado cuyo zoom óptico «solo» era de 2X lo que vamos a descubrir son fotos más detalladas, con perfiles mejor definidos y con menos ruido. Ahora bien, a medida que el software entra en acción y pasamos de ese 3X las diferencias entre un smartphone y otro se difuminan. ¿Y si vamos más allá? Pues que aunque en vez de 100X en este smartphone «solo» lleguemos hasta los 30X, el efecto es el mismo: es más una característica para ver objetos lejanos en pantalla más que una función para efectivamente, hacer fotos. Y sin embargo, estoy seguro de que la mayoría la vamos a utilizar más de lo que nos gustaría reconocer en un principio.

Si pasamos al gran angular, la primera impresión que obtenemos es que Samsung hace un gran trabajo a la hora de recoger el conjunto de la escena, sin necesidad de «deformar» los bordes, un defecto que hemos visto en otros terminales. Curiosamente en cambio el color resulta algo más deslavazado que cuando la misma imagen la tomamos con la cámara principal, si bien solo se aprecia en tomas en las que el contraste no es acusado. Pero insistimos, la gran noticia es que Samsung ha conseguido mantener un grado de distorsión mínimo, algo de lo que prácticamente presume.

Si nos vamos al modo noche, llama la atención que frente a los Pixel de Google o los iPhone de Apple, este no es un modo que se active casi automáticamente (se nos muestra como sugerencia), sino que seremos nosotros los que debamos seleccionarlo de forma activa. El trabajo de este Samsung Galaxy S20+ cumple con lo esperado (si bien la exposición es algo más larga que en los Pixel de Google) y, marca de la casa, los colores resultan ser más brillantes y con más contraste que lo que nos ofrece lo último de Apple.

Resultan igualmente interesantes los progresos que ha hecho Samsung en el modo retrato. Esta era una de las principales pegas que sacábamos a relucir en el Galaxy 10 del año pasado, en el que la diferencia con otros «topes de gama» resultaba evidente. Y no, no podemos decir que tengamos entre manos el mejor portarit mode del mercado pero desde luego las diferencias se han suavizado bastante.

En el apartado de vídeo, aunque ya hemos contado que resulta complicado evaluar la calidad de grabación en 8K (por no hablar que ocuparemos 600 MB de espacio por minuto grabado), grabar en Full HD es una delicia y nos permite trabajar con una calidad de imagen excepcional.

Finalmente, un añadido más que interesante que encontramos en el flagship de este año es su característica de «Toma única», un modo en el que el teléfono realiza capturas continuas de la escena que nos interesa, utilizando todas las lentes, durante varios segundos en un único disparo, de modo que después podemos escoger (si lo deseamos) la imagen que nos ha gustado más.

Software

Samsung Galaxy S20+ ofrece Android 10 y estrena la nueva capa personalizada de la compañía, One UI2. Como hemos comentado en otras ocasiones, Samsung poco a poco va mejorando y aquí nos encontramos mejoras en usabilidad, una mejor integración del modo oscuro y una interfaz por gestos que resulta más natural de utilizar.

Al mismo tiempo la multinacional coreana sigue la senda de decir casi adiós al bloatware y en el proceso de configuración del dispositivo nos ofrece la opción de escoger qué aplicaciones de Samsung queremos instalar. Así que agradecemos no tener decenas de aplicaciones que no necesitamos y unas cuantas duplicadas. Pero ay Bixby…¿qué vamos a hacer contigo? El asistente inteligente de Samsung sigue siendo más ese compañero molesto que no tenemos más remedio que tolerar, que un socio con el que hacer negocios.

Que Bixby está verde lo sabe hasta la propia Samsung, que no para de retrasar el lanzamiento de su propio altavoz inteligente. Bixby aparte sin embargo, repetimos que es de agradecer el esfuerzo que los coreanos están haciendo por intentar entregar interfaces más sencillas e intuitivas

Más allá de lo anterior, Samsung necesita seguir mejorando tanto en el sensor de huellas situado bajo la pantalla, como en su software de reconocimiento facial. Ambos funcionan de forma correcta por supuesto, pero el primero sigue sin sin ser tan rápido como cuando se apostaba por el lector de huellas físico y al segundo le falta para llegar al nivel de precisión de Apple o Google.

Samsung Galaxy S20+

Conclusiones

No esperábamos menos de Samsung. La multinacional coreana vuelve a poner en manos de sus fans el que sin duda es uno de los mejores terminales del año. Por diseño, calidad de construcción y potencia a día de hoy cuesta encontrar un mejor teléfono en el mercado. Ahora bien, como suele ocurrir con Samsung, la clave está en los detalles. La empresa sigue sin ser la mejor en el desarrollo de software y eso se cobra su peaje en algunos aspectos del terminal, por mucho que las diferencias con Apple y Samsung se hayan difuminado en el último año.

También creemos que la empresa hace mal en centrar su mensajes de marketing en características que a día de hoy o están verdes o no se van a utilizar demasiado, como son el zoom 30x, ofrecer conectividad 5G o el el poder grabar a 8K. Porque realmente este terminal tiene argumentos de sobra que justifican su compra más allá de esas tres. El Samsung Galaxy S20+ por sí mismo es un prodigio de la ingeniería en este terreno, tiene una cámara espectacular y potencia a raudales para ejecutar cualquier juego a la máxima calidad. No necesita más argumentos.

Nota final
9 NOTA
NOS GUSTA
Gran diseño
Rendimiento a raudales
La mejor pantalla del mercado
A MEJORAR
Características que sobran: 8K
El software tiene que mejorar
Bixby sigue sin demostrar su utilidad
RESUMEN
No esperábamos menos de Samsung. La multinacional coreana vuelve a poner en manos de sus fans el que sin duda es uno de los mejores terminales del año. Por diseño, calidad de construcción y potencia a día de hoy cuesta encontrar un mejor teléfono en el mercado.
Diseño y construcción9.5
Pantalla10
Rendimiento9.5
Cámaras9
Software8
Autonomía8

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